La suma de “la falta de información y la ausencia de garantías sobre el agua potable, genera un clima de temor” indicando que “la Junta hasta el momento está dejando hacer a todas las compañías, y no vemos que cumpla con su obligación de exigir la garantía medioambiental que los proyectos de esta naturaleza requieren, no solamente en Mahamud, sino en la comarca del Arlanza y en la provincia de Burgos”, además añaden, que “se está generando una fundada alarma social, y lo peor, es que no sabemos si es mas preocupante que no nos quieran decir nada desde la Junta, que no sepan nada al respecto, o si finalmente, no sean capaces de garantizar algo tan sensible como es la no contaminación de nuestros acuíferos” aclara Marcos Barriuso.
Por todo ello el pleno del Ayuntamiento decidió declarar el municipio de Mahamud Libre de Fracking e instar a la Junta de Castilla y León y a la Diputación Provincial de Burgos que hagan políticas responsables en este sentido y se postulen como zonas libres de fracking como sucede en comunidades autónomas como la cántabra o provincias como Valladolid o Soria.
¿QUÉ ES EL FRACKING?
Gas natural de pizarra, gas de esquistos o shale gas
El gas natural es un gas compuesto principalmente por metano que se lleva extrayendo desde hace siglos, aunque sólo con la industrialización ha tenido una explotación masiva.
Lo que se conoce como explotación convencional de gas natural consiste en lo siguiente: el gas natural normalmente está atrapado en bolsas de roca porosa (como una esponja) a mucha presión, las cuales basta perforar hasta llegar a la bolsa, cuando la bolsa se pincha el gas fluye hacia arriba por la diferencia de presión. Este gas, como se ve es relativamente fácil de extraer, basta con perforar hasta la profundidad de la bolsa, que suele estar a unos pocos cientos de metros bajo tierra. Es el gas conocido como convencional.
Después están los conocidos como gases no convencionales, que se caracterizan por estar en rocas de baja porosidad y baja permeabilidad, lo que hace que estén en mucha menos concentración y se hagan más difícil de extraer. Estos gases no convencionales los hay de varios tipos, nos centraremos en el gas de pizarra o gas de esquistos (shale gas en inglés).
El gas de pizarra se encuentra atrapado en estratos o capas de pizarra a mucha profundidad (desde los 400 a los 5000 metros). Dado que la pizarra tiene una permeabilidad muy baja, el gas está distribuido en pequeños poros o burbujas, muchas veces microscópicas, no conectadas entre sí, lo que hace necesario romper las capas de pizarra para conseguir reunir el gas y que fluya hacia la superficie para ser recogido.
La compleja y cara técnica que se utiliza para llevar a cabo la extracción del gas de pizarra se conoce con el nombre de fractura hidráulica horizontal o fracking en inglés.
La fractura hidráulica consiste en hacer una perforación vertical hasta la capa de pizarra. A esta perforación se le pone un tubo de acero, con un recubrimiento de cemento para proteger los acuíferos de los aditivos químicos que posteriormente se añaden.
Fractura hidráulica horizontal
Una vez se llega a la pizarra se vuelve la perforación horizontal, a través de la capa de pizarra. Esta peforación horizontal tiene una media de un kilómetro y medio de longitud, aunque puede llegar hasta los 3 km.
Una vez en la capa de pizarra se utilizan explosivos para provocar pequeñas fracturas. Una vez provocadas estas fracturas se inyectan, por etapas, miles de toneladas de agua a muy alta presión, mezclados con arena y aditivos químicos.
Este agua a presión fractura la roca liberando el gas que luego, junto con el agua, el arena y los aditivos retorna a la superficie (retorna entre un 15 y un 80% del fluido inyectado).
El pozo se va fracturando entre 8 y 12 etapas, con lo cual el conducto sufre unos cambios de presión muy grandes con el consiguiente peligro de quiebra del revestimiento de cemento.
Entre los aditivos químicos utilizados se encuentran benzenos, xilenos, cianuros, hasta llegar a unas 500 sustancias químicas entre las que se encuentran elementos cancerígenos y mutagénicos.
El fluido de retorno también trae a la superficie otras sustancias que pueden contener estas capas de pizarra. Es muy común que estas rocas contengan metales pesados (mercurio, plomo…), así como radón, radio o uranio, ambos elementos radiactivos que llegan a la superficie cuando previamente no estaban allí.
Impactos
Impactos Asociados a la fractura hidráulica
La única experiencia que se tiene con el fracking hasta el momento es en EEUU, nos basamos en los casos ocurridos allí: Nuestras fuentes son principalmente un Informe solicitado por el Parlamento Europeo y el Informe del Tyndall Centre (Universidad de Manchester). Estos informes recogen la experiencia en los Estados Unidos, recogiendo los casos de contaminación, vertidos, etc. que han ocurrido allí.
Gran Consumo de Agua
Para fracturar cada pozo se necesitan de media unos 9.000 a 29.000 toneladas de agua. Una plataforma de 6 pozos de media necesita unos 54.000 a 174.000 millones de litros de agua en una sola fractura. Estas grandes cantidades de agua deben estar almacenadas cerca del pozo, ya que la operación de fractura de cada pozo dura entre 2 y 5 días y se tiene que tener el agua disponible. Lo más probable es que este agua se transporte en camión o se haga captación directa de agua del propio entorno de la plataforma.
Gestión del Agua Residual
El fluido de retorno de fracking contiene las sustancias químicas utilizadas en el fluido de fractura. Además contiene metales pesados, y sustancias radiactivas como radón, radio o uranio, que retornan a la superficie. Millones de litros de agua contaminada que habitualmente en EEUU lo que hacen es inyectarla en el subsuelo y cuando no es posible se pasan a plantas depuradoras de la zona que no suelen estar preparadas para ese tipo de contaminaciones.
Ruidos e Impactos Visuales
Una plataforma de seis pozos requiere entre 8 y 12 meses de perforación continua, día y noche. También se necesitan entre 4000 y 6000 viajes en camión para la construcción de una plataforma, con la consiguiente presión para los pueblos y carreteras cercanas a la explotación. Con una media de entre 1 y 3 plataformas por km2, los impactos pueden ser localmente considerables y prolongados.
Impactos sobre el Paisaje
Se ha de aplanar una superficie de más o menos una hectárea, con los consiguientes desmontes: en ella ha de haber espacio para 6 a 8 pozos, balsas de almacenamiento de líquidos de desecho y lodos, tanques y cisternas de almacenamiento del agua y de los productos químicos, equipo de perforación, camiones, etc; a la que se han de construir pistas, para que lleguen los camiones. También se han de construir gasoductos para llevar el gas a los gasoductos de distribución.
Productos Químicos
Hacemos un paréntesis para hablar de los aditivos químicos utilizados en la fractura hidráulica. Debido a la opacidad que las empresas han llevado hasta ahora, los informes del Parlamento Europeo y el Centro Tyndall hablan de 260 sustancias químicas. Una asociación norteamericana llamada Diálogos sobre la Disrupción Endocrina, que estudia los efectos de las sustancias químicas sobre la salud, estudiando los diversos informes emitidos de accidentes, vertidos, etc. han identificado más de 360 sustancias químicas con efectos dañinos sobre la salud. Entre ellas hay sustancias que producen cáncer, tóxicas para la piel, ojos, sistema digestivo, respiratorio, nervioso, etc. Se han observado casos de migrañas continuadas, náuseas, alergias, problemas en el sistema respiratorio en gentes que viven en zonas cercanas a explotaciones de gas natural.
Contaminación Aguas Subterráneas
La industria se empeña en decir que el origen de este gas es natural, cuando antes de la llegada del fracking no pasaba. Pero un estudio de la Duke University de Durham (Carolina del Norte) publicado en mayo de 2011, ha demostrado que las contaminaciones de metano en viviendas cercanas a pozos de los estados de Nueva York y Pensilvania tiene su origen en las explotaciones de gas de pizarra. El caso más grave reportado fue el de la explosión de una casa por contaminación de metano de sus cañerías y sótano en el estado de Ohio en 2008, como se recoge en el Informe del Parlamento Europeo publicado en Junio de 2011.
Contaminación de Tierras y Aguas Superficiales
Se han dado casos de contaminación de estas de varias maneras: -ruptura de conductos o juntas para evacuación de las aguas residuales en las balsas -accidentes de camiones cisterna llenos de productos químicos. -desbordamiento de balsas residuales (químicos, metales pesados y elementos radiactivos) con motivo de lluvias copiosas, tormentas o inundaciones.
Pequeños Terremotos
Otra de las consecuencias no deseadas de la extracción de gas no convencional es la generación de pequeños seísmos. En mayo de 2011, en la ciudad de Blackpool en el noroeste de Inglaterra, se produjeron dos pequeños terremotos que asustaron a la población de la ciudad. Cuadrilla Resources, la empresa encargada de los trabajos se vio obligada a parar la explotación hasta que “se demostrara que los temblores habían tenido que ver con su actividad”. A mediados de octubre han salido los resultados de la investigación que ha llevado a cabo el Servicio Geológico Británico admitiendo que el epicentro de ambos terremotos se encuentra en las cercanías del lugar de perforación de la empresa. Estos pequeños terremotos no son muy graves, pero ponen en peligro la correcta cementación del pozo pudiendo conducir a graves contaminaciones.
Contaminación del Aire
La contaminación del aire es otro de los grandes problemas de la extracción de gas no convencional. Durante el proceso de extracción se producen inevitablemente fugas de gas natural, que es 20 veces más potente que el dióxido de carbono como gas de efecto invernadero. La industria gasística habla del gas de pizarra como un combustible limpio. El informe de la universidad de Cornell sobre este particular echa por tierra esta propaganda adjudicando al gas natural un impacto superior al del petróleo o del carbón en términos de gases de efecto invernadero. El caso mejor estudiado sobre el impacto del gas de pizarra en la calidad del aire es el de Fort Worth, una ciudad de 750.000 habitantes perteneciente a la región metropolitana de Dallas. Según un estudio de la Southern Methodist University de 2008, la extracción de gas de pizarra generaban más esmog que todos los coches, camiones y aviones de la región de Dallas-Fort Worth, una conurbación de más de seis millones de habitantes.